Diferencia entre revisiones de «Implementación de la justicia en el gobierno del Imam Ali (P)»

Política integral del Imam Ali (P) en la implementación de la justicia

El Imam Ali (P) tomó varias medidas efectivas para lograr implementar la justicia en la sociedad islámica:

El Príncipe de los creyentes, a diferencia de los califas anteriores, quienes, al distanciarse de las enseñanzas del Islam y del camino del Santo Profeta (PB), habían recurrido a la discriminación entre los musulmanes, repartió la riqueza de manera justa. El Imam Ali (P) dijo al respecto: “Hice esto como el Mensajero de Dios que dividió la propiedad por igual y no permitió que circulara en manos de los ricos”.

Después de llegar al califato, el Imam Ali (P) dijo en los primeros días acerca de los bienes que fueron puestos injustamente en manos de algunas personas: “Tengan en cuenta que cada pedazo de tierra que Osman le dio a alguien de la riqueza de Dios debe ser entregado al tesoro público y devuelto a los musulmanes, ¡lo juro por Dios! Si con esa propiedad han comprado esclavas, la recuperaré".

El Imam emitió esta directiva a todos sus funcionarios: “Quien pida más de lo que le corresponde, ha pedido en exceso. Evita pagar de más”.

Prestar atención a todos los estratos y clases sociales es una de las condiciones previas para la realización de la justicia en la sociedad islámica. En su carta a Malik Ashtar, el Imam Ali (P) dijo al respecto: "Debes saber Maalik, que las personas que tú gobiernas están divididas en clases y grados, la prosperidad o el bienestar de cada clase individual o colectivamente, está tan íntimamente relacionada en lo que respecta al bienestar con las otras clases que el total establecido representa una red sólidamente entrelazada y tiene un aspecto recíproco. Una clase no puede existir pacíficamente ni puede vivir felizmente y, no puede trabajar sin el apoyo y los buenos deseos de la otra. Entre ellas están los soldados del ejército de Dios que defienden Su causa. La otra clase es la de los secretarios de estado, cuyos deberes están redactados y asignados en órdenes especiales o generales. El tercer grupo es el de los jueces y magistrados que administran justicia. El cuarto es el de los funcionarios que mantienen la Ley y el orden y protegen la paz y la prosperidad del país. Luego están los hombres comunes, musulmanes que pagan los impuestos exigidos por el Gobierno y los no-musulmanes que pagan tributo al Estado -en lugar de los impuestos- Luego, viene la clase de hombre que ejercen varias profesiones y tareas comerciales. Y al final, pero no los menos, están los pobres, que son considerados como la clase más baja de la sociedad. Dios ha fijado una parte para cada uno de estos grupos y en su libro o en la tradición del Profeta, que Dios le bendiga y le conceda paz, ha determinado un deber separado, que está reservado para nosotros en forma de un pacto de a él. El Señor Misericordioso ha fijado para cada uno de ellos derechos y deberes que han sido dados ya sea en Su Libro -Corán- o explicados a través de las órdenes y tradiciones del Santo Profeta (PB) un completo código que se preserva entre nosotros".

Durante los años de su gobierno, el Imam Ali (P) trató de aumentar las instalaciones disponibles a partir de los bienes públicos para aumentar el bienestar de la gente. El Príncipe de los creyentes, ha expresado este tema como uno de los derechos de las personas sobre el estado y dijo: “Mi deber hacia vosotros es enseñaros formas de vida correctas, proveeros de un estado de bienestar, elevar la renta y el nivel de vida para cada uno de vosotros, educaros e infundiros una cultura elevada".

Además de atender a los diferentes estratos de la sociedad, el Príncipe de los creyentes (P), prestó especial atención a los necesitados. En su orden a Malik Ashtar, dijo: "La clase del pobre y personas incapacitadas; es absolutamente necesario velar por ellos, ayudarles y proveerles. El Señor Misericordioso ha explicado la forma y medios para mantener y proveer a las clases pobres y cada una de estas clases tiene este derecho sobre el Gobierno del Estado".

Esta atención no iba solamente dirigida a los musulmanes e incluía a todas las personas musulmanas y no musulmanas. Por ejemplo, se ha narrado que un anciano sordo y ciego, pasó junto al Príncipe de los creyentes mientras mendigaba, el Imam Ali (P) dijo: “¿Quién es este hombre y por qué está mendigando?” Ellos respondieron: “Es cristiano”. El Imam expresó: “Hasta el momento en que tuvo la fuerza para trabajar, lo cuidaste, y ahora que es viejo y no tiene fuerzas, ¿dudas en proporcionarle sustento? Proveer para su vida del tesoro público”.

Para lograr implementar la justicia, el Imam Ali (P) trató de erradicar la pobreza absoluta de la sociedad islámica y en los últimos años de su honorable vida, dijo sobre el efecto de sus acciones: "Todo el pueblo de Kufa disfruta de la prosperidad. Los más bajos de ellos (los más pobres) comen pan de trigo y tienen un techo adecuado y beben agua limpia".

El Príncipe de los creyentes prestó especial atención a la selección de delegados dignos y en una carta le dijo a Malik Ashtar: "Cuando selecciones a tus funcionarios, ten cuidado de elegir personas honorables y con experiencia, miembros de familias respetables o que hayan servido al Islam desde sus comienzos, porque estas son generalmente de una noble personalidad y buena reputación. No son codiciosos ni pueden ser corrompidos fácilmente".

El Imam Ali (P) trató de dirigir correctamente los impuestos y efectuarlos en el camino de la realización de la prosperidad de la sociedad. Al respecto, le dijo a Malik Ashtar: "En lo concerniente a la recaudación de las rentas públicas e impuestos, siempre debes tener en cuenta la prosperidad del contribuyente, esto es más importante que el impuesto en sí, porque estos impuestos y los contribuyentes, son la fuente original de la que depende el bienestar de tu Estado y tus súbditos".

Una de las acciones del Imam Ali (P) para realizar e implementar la justicia fue controlar y supervisar las actividades económicas y prevenir la desviación. El Imam Baqir (P) dijo: «El Príncipe de los creyentes solía salir del Palacio de Gobierno todas las mañanas e iba a los mercados de Kufa llevando un látigo de dos puntas llamado sabiba. Se paraba en cada mercado y gritaba entre la gente: "Oh comerciantes, pedid a Dios bondad y misericordia antes de comerciar, y buscad la bendición del Todopoderoso, haciendo fácil la transacción y acércate a los compradores (no vendáis a un precio alto para que huyan de ti), y adórnate con el adorno de la mansedumbre y la tolerancia y abstente de jurar, evita la mentira y aléjate de la opresión. Trata con justicia a los oprimidos, y no caigas en la usura, y entreguen la cantidad completa, no priven a la gente de nada, y no se hundan en la corrupción de la tierra"».

El Imam Ali (P) le dijo a Malik Ashtar: "Tú debes cuidar sus intereses (de los comerciantes), protegerlos, ya sea que estén comerciando en tus ciudades o aldeas o viajando por los países transportando mercaderías de un lugar a otro. Una cosa más acerca de los comerciantes e industriales, aunque los trates favorablemente, también debes observar sus actividades. Tú sabes que ellos son generalmente mezquinos, avaros, intensamente egocéntricos y egoístas, que sufren de obsesión de codicia y acumulación de riquezas. A menudo, esconden mercancías para obtener más ventajas, creando la escasez y la venta clandestina. Tales condiciones son extremadamente perjudiciales para el público por un lado y por el otro, difaman al gobierno".

Uno de los programas del Imam Ali (P) junto con la administración de la justicia era su oposición frente a los abusos y la manipulación de los bienes públicos. Existen muchos ejemplos de los tratos del Príncipe de los creyentes con funcionarios corruptos. En Nahj al-Balagheh, se encuentra la carta del Príncipe de los creyentes (P) dirigido a su delegado en Basora, quien había ido a La Meca, para visitar la casa de Dios, aprovechando la oportunidad organizativa y los fondos públicos: "¿Por qué fuiste a La Meca con el dinero del tesoro público? ¿Acaso no tienes miedo del juicio en el Día de la Resurrección qué preparaste agua, comida y equipaje de viaje con este dinero? ¡Temed a Dios! Así que sé justo y devuélvele la propiedad a la gente, de lo contrario, si te alcanzo, te mataré con una espada que no ha herido a nadie, excepto a quien lo llevó al infierno".